Quien no ha vivido el dolor que deja terminar una relación sentimental, sentir que el mundo se derrumba, que no se podrá superar, que no podrá vivir sin su pareja, que nunca va a llegar otra persona igual o mejor; estos y muchos otros pensamientos inundan nuestra cabeza cuando una relación se ha terminado y claramente todos ellos son válidos y es normal que vengan una y otra vez a nuestra mente.
Al terminar una relación sentimos que todo se derrumba alrededor y llega la tristeza acompañada de llanto, irritabilidad, usualmente con pérdida del apetito y con cambios el dormir (o se duerme mucho o muy poco), entonces entramos en una situación de duelo; estos síntomas no deben perdurar por mucho tiempo, pero si ellos persisten podríamos pensar en que se ha entrado en un estado depresivo.
¿Qué es la depresión?
La depresión es un trastorno del estado de ánimo en donde no solo las emociones se afectan, sino también los pensamientos y las actividades diarias; algunas personas podrían confundir los síntomas con un estado de tristeza o desanimo, pero en realidad es más que esto; por tanto, la depresión conlleva un estado persistente de tristeza, cambios significativos en el sueño es posible que se presente dificulta para conciliar el sueño, o despertar más tempranos de lo usual cansado y con desánimo, en cuanto al apetito este puede disminuir tanto que provoque la pérdida de peso, también puede verse alteradas las ganas de salir y compartir con amigos y familia, tornándose entonces más callado y ensimismado, ahora las actividades que se solía disfrutar ya no llaman la atención como antes, también se siente fatiga, pensamientos de inutilidad, culpa excesiva, desesperanza, falta de motivación, dificultad para concentrarse y olvidos espontáneos, además de todo lo anterior se puede experimentar pensamientos de muerte.
¿Qué causa la depresión?
Esta puede darse debido a factores psicológicos, genéticos, biológicos, ambientales o circunstanciales.
● Psicológicos: presencia de pensamientos tristes y negativos que se repiten una y otra vez, pensar, por ejemplo, que la vida no vale nada, que no se es capaz con la dificultad que está agobiando, que todo seguirá siempre igual, entre otros.
● Genéticos: en este punto es importante conocer la historia familiar de enfermedades mentales, es muy importante para comprender si lo que me está sucediendo es trasmitido por ADN, en lo cual el medicamento sería significativo.
● Biológicos: algunas personas y sus organismos presentan ausencia o deficiencia de producción en algunas sustancias químicas (neurotransmisores) producidas por el cerebro, propias para mantener un equilibro en la salud mental.
● Ambientales o circunstanciales: es acá donde se presentan sucesos en la vida de las personas que no logran manejarlos, por ejemplo, un duelo por perdida de la relación sentimental, la persona experimenta un dolor tan grande que no logra controlar, su tristeza se hace cada vez más grande y sus miedos a enfrentar la vida sin su ser amado se hace casi indispensable.
Por lo tanto, en ninguno de los casos se puede hacer caso omiso a los síntomas o signos porque la depresión y sus síntomas, son, pues, una enfermedad real y no un estado de pereza o de debilidad.
Rupturas amorosas:
Ahora bien, ya que se sabe que una ruptura puede causar un duelo que puede terminar en depresión, es crucial comprender la profundidad y las implicaciones de este proceso emocional. Una ruptura amorosa no solo implica la pérdida de una relación, sino también la pérdida de los sueños y expectativas asociados con ella. Este tipo de pérdida puede desencadenar un duelo, un proceso natural que incluye etapas de negación, ira, negociación, depresión y aceptación, según el modelo de Kübler-Ross.
Durante el duelo, las personas pueden experimentar una amplia gama de emociones intensas, como tristeza profunda, ansiedad, ira y desesperanza. Estas emociones son respuestas normales al dolor de la pérdida. Sin embargo, si el duelo no se maneja adecuadamente, puede evolucionar hacia una depresión clínica. La depresión es un trastorno del estado de ánimo caracterizado por una tristeza persistente, pérdida de interés en actividades antes disfrutadas, cambios en el apetito y el sueño, y dificultad para concentrarse.
Es fundamental reconocer los síntomas de la depresión que pueden surgir después de una ruptura amorosa. Estos síntomas pueden incluir:
● Tristeza Persistente: Sentimientos de tristeza profunda que no desaparecen con el tiempo.
● Pérdida de Interés: Falta de interés en actividades y hobbies que antes eran placenteros.
● Cambios en el Apetito y el Peso: Pérdida o aumento significativo de peso sin una razón aparente.
● Problemas de Sueño: Dificultad para conciliar el sueño, insomnio o dormir en exceso.
● Fatiga y Pérdida de Energía: Sensación constante de cansancio y falta de energía.
● Sentimientos de Inutilidad o Culpa: Pensamientos negativos sobre uno mismo, sentimientos de culpa excesiva.
● Dificultad para Concentrarse: Problemas para enfocarse, tomar decisiones o recordar cosas.
● Pensamientos de Muerte o Suicidio: Pensamientos recurrentes sobre la muerte, deseos de no existir o intentos de suicidio.
Reconocer estos síntomas es vital para buscar ayuda profesional a tiempo. La intervención temprana de un psicólogo o psiquiatra puede prevenir que el duelo normal se convierta en una depresión severa. Las terapias cognitivo-conductuales, la terapia interpersonal y, en algunos casos, la medicación, son enfoques efectivos para tratar la depresión.
Además, es importante que los individuos que atraviesan una ruptura amorosa implementen estrategias de autocuidado y busquen apoyo en su red social. El ejercicio regular, una dieta balanceada, mantener una rutina diaria, y participar en actividades que promuevan el bienestar emocional pueden ayudar a mitigar los efectos del duelo.
¿Cómo tratar la depresión?
El acompañamiento profesional es importante; si en algún momento experimentas cambios en el comportamiento, o hay presencia de emociones muy intensas que no logras controlar, así como pensamientos tristes y de minusvalía debes acudir al psicólogo e iniciar terapia, en algunos casos es preciso acompañarse en el proceso con medicamentos para lo cual la valoración por psiquiatría se hace necesaria. Sin duda alguna el deporte, el acompañamiento familiar y de amigos son de gran ayuda para tratar dicha enfermedad.
Ser escuchado sin ser juzgado, calificado, reprochado ayuda a sentirse mejor, a encontrar otras opciones para superar la crisis que la depresión pueda generar, de igual manera es importante cuidar la higiene del sueño, haciendo que el cerebro descanse, cuidar los hábitos de alimentación, realizar un deporte, llevar a cabo actividades recreativas y rodearse de personas con actitud positiva.
Recomendaciones:
1. Permítete Sentir y Expresar Tus Emociones: Es fundamental permitirte sentir y expresar tus emociones después de una ruptura. Negar o reprimir tus sentimientos puede prolongar el proceso de sanación. Llora si lo necesitas, habla con amigos de confianza o escribe tus pensamientos y emociones en un diario.
2. Establece una Red de Apoyo: Rodearte de amigos y familiares que te apoyen puede hacer una gran diferencia en tu recuperación. Hablar con personas que te entienden y te brindan apoyo emocional puede ayudarte a sentirte menos solo. Considera también la posibilidad de buscar apoyo profesional a través de un terapeuta, quien puede ofrecerte estrategias específicas para manejar el duelo.
3. Cuida de Ti Mismo: El autocuidado es crucial durante este tiempo. Mantén una rutina que incluya hábitos saludables como una alimentación balanceada, ejercicio regular y un buen sueño. La actividad física, en particular, puede ser muy beneficiosa, ya que libera endorfinas, que son conocidas por mejorar el estado de ánimo.
4. Evita el Contacto Inmediato: Después de una ruptura, es tentador querer mantener el contacto con tu expareja. Sin embargo, esto puede dificultar el proceso de sanación. Considera establecer un período sin contacto para permitirte ganar perspectiva y reducir la dependencia emocional. Esto no significa que no puedas volver a comunicarte en el futuro, pero un tiempo de separación puede ser muy beneficioso.
5. Reflexiona y Aprende: Una ruptura puede ser una oportunidad para la autorreflexión y el crecimiento personal. Pregúntate qué aprendiste de la relación y cómo puedes aplicar estas lecciones en el futuro. Reflexionar sobre lo que funcionó y lo que no funcionó en la relación puede ayudarte a entender mejor tus necesidades y deseos en futuras relaciones.
6. Busca Nuevas Actividades y Pasatiempos: Mantenerte ocupado y encontrar nuevas actividades puede ser una excelente manera de distraerte y descubrir nuevas pasiones. Participar en hobbies, unirse a clubes o grupos de interés, o incluso aprender algo nuevo puede ayudarte a enfocarte en el presente y mirar hacia el futuro con entusiasmo.
7. Establece Nuevas Metas: Finalmente, establecer nuevas metas puede darte una sensación de propósito y dirección. Estas metas pueden ser personales, profesionales o relacionadas con tu bienestar. Trabajar hacia algo positivo te puede proporcionar un sentido renovado de esperanza y motivación.
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